Si estás al mando de un proyecto de negocios, de una empresa tuya o que te han confiado, entonces deberías comenzar a familiarizarte con ciertos conceptos que son fundamentales, ya no sólo para saber cómo moverte en este ámbito sin perderte nada, sino especialmente porque muchas nociones de éstas pueden significar un antes y un después real en la práctica del día a día.
En este artículo queríamos detenernos específicamente en la idea de cuadro de mando integral, este término cada vez más común en los entornos empresariales, y que tiene una trascendencia absoluta en cuanto al buen funcionamiento de una compañía, sobre todo en lo que al “seguimiento” se refiere.
Básicamente, el cuadro de mando integral está allí para que el responsable de un proyecto pueda saber si los objetivos que se habían establecido en un principio se están cumpliendo, lo que también ayuda a tomar decisiones sobre la dinámica que el negocio deberá seguir para alcanzar dichos objetivos.
Definición e importancia del cuadro de mando integral
Como decíamos, el cuadro de mando integral no es otra cosa que un seguimiento detallado, dentro de un marco empresarial, para comprobar hasta qué punto una compañía logra lo que se propone, ratificando los pasos o rectificando el camino, para no alejarse demasiado de esa hoja de ruta pactada.
Todo esto es fundamental porque las decisiones que se toman desde la cúpula de la empresa tienen un impacto muy grande en los diferentes departamentos que la componen, y justamente allí radica una de las características que hacen de los cuadros de mando integrales una herramienta esencial.
El caso es que un cuadro de mando integral, al contrario que otros instrumentos, puede mostrar qué está pasando en cada uno de los departamentos, permitiendo conocer sus realidades individuales, pero también asociadas a los demás, aportando un panorama general de cómo está la firma.
Al facilitar tanto el control como la supervisión en el desempeño de los objetivos planteados dentro de la estrategia de la compañía, los ejecutivos pueden evaluar cómo es su funcionamiento global, detectando, en simultáneo, qué departamentos tienen problemas, y cuáles no los tienen.
Cuadros de mando más comunes
- Resumen financiero de la empresa: Son ideales para estar al tanto de los flujos de caja durante períodos determinados, descubriendo rápidamente el estado contable de la compañía, y qué áreas demandan mayor presupuesto.
- Estado de las cuentas bancarias: Complementario con el anterior, un cuadro de mando integral de las cuentas bancarias ofrece datos detallados sobre el dinero de la firma, y cómo se divide entre las distintas instituciones y bancos.
- Previsión de tesorería: Al prever la tesorería, pueden anticiparse pagos y cobros, para una gestión más eficiente.
- Cuenta de pérdidas y ganancias: Se trata de una especie de resumen de todos los ingresos y desembolsos de dinero que tiene la empresa durante un ejercicio contable (o varios), por lo que es una información sumamente trascendente.
En resumen, los cuadros de mando pueden ayudarte de muchas maneras, y es imprescindible que lo incluyas cuanto antes dentro de la organización de tus proyectos para gozar sus ventajas.
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